jueves, 14 de septiembre de 2017

Tarta de queso

Ayer fue el segundo cumpleaños de Comino (dos años ya desde su nacimiento, podéis leer como fue aquí ¡el tiempo vuela!) y lo celebramos en casa con amigos y familiares, con una merienda y una de mis tartas favoritas, la tarta de queso.
La tarta, después de Comino, fue la estrella del día y triunfó hasta el punto de que varias personas me pidieron la receta, así que me he animado a ponerla aquí en el blog.
Estas cantidades son para una señora tarta, salen 16 raciones generosas, así que podéis adaptarla utilizando la mitad de las cantidades.

Ingredientes:
Para la base:
300gr de galletas tipo digestive
100gr de mantequilla.
Para el relleno:
300gr de azúcar glas
La piel de 1 limón
1kg de queso fresco sin sal
2 yogures de limón
10 huevos
El zumo de un limón
Para el glaseado:
1 sobre de gelatina de fresa en polvo
400gr de mermelada de fresa
El zumo de medio limón
100ml de agua

Preparación:
Rallar la piel del limón y mezclar bien con el azúcar. Reservar.
Para hacer la base, triturar las galletas, calentar la mantequilla hasta que se derrita y mezclar hasta hacer una masa homogénea. Extender la masa en el molde, apretando un poco para que quede uniforme. Reservar.
Para hacer el relleno, desmigar el queso fresco con un tenedor en una cazuela hasta poder batirlo, añadir el azúcar con la piel del limón que teníamos reservado, e incorporar los yogures, los huevos y el zumo de limón. Batir muy bien hasta que todo quede ligado (si os gusta que la textura sea más finita podéis mezclar los ingredientes con una procesadora) y calentar a fuego medio, moviendo constantemente. Dejarlo cocer durante 10 minutos, hasta que la masa haya espesado. Volcar la masa en el molde sobre la base de galleta. Dejarlo enfriar en la nevera mínimo dos horas antes de añadir el glaseado.
Para hacer el glaseado, mezclar la gelatina, la mermelada, el zumo de limón y el agua en un cazo, cocer a fuego lento durante 5 minutos, sin dejar de mover. Verter esta mezcla sobre la tarta fría. Enfriar en la nevera mínimo dos horas antes de desmoldar, cuando el glaseado haya cuajado.
Decorar al gusto y ¡disfrutar!





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